Para que hubiera como “para todos los gustos”, tampoco faltaron propuestas monárquicas de las más variadas procedencias: desde la coronación de un Inca hasta la instalación del “Príncipe de Luca”, pasando por la entrega a un monarca de la Casa de Borbón propuesto por el francés Pueyredón y compañía, o algún infante de la Casa de Braganza, como la Infanta Carlota o el Infante Don Sebastián. Hasta el Zar Alejandro I de Rusia anduvo dando vueltas con la Santa Alianza, que por lo visto no era tan “santa” como parecía.
La ocupación de la Banda Oriental por tropas lusitana provocó preocupación en Europa. Que Portugal se extendiera hasta el Plata era demasiado para Inglaterra. Para los ingleses la Banda Oriental era "la llave del Plata", y presentaron una enérgica protesta ante Don Juan VI.
Por su parte Fernando VII pensó en ocupar por la fuerza del territorio de Portugal, pero Inglaterra era su aliada y garante. El Zar de Rusia Alejandro I se negó a acompañarlo en la empresa, estando de garante Inglaterra.
El conflicto habría de instalarse en la conferencia de embajadores de la Santa Alianza a realizarse en París. A cambio de evacuar la Banda Oriental, Portugal exigía que España le devolviera la plaza de Olivenza, que retenía desde 1801, obtenida en la llamada “Guerra de las Naranjas”. No se llegó a nada.
Al aproximarse el nuevo congreso de la Santa Alianza en Aix-la-Chapelle, la Corte de Río proyectó instalar en el Río de la Plata un príncipe de la Casa de Braganza. En ese sentido el ministro Villanova dio instrucciones al representante en Portugal, para hiciera gestiones en ese sentido ante el agente de porteño en París, Bernardino Rivadavia.
A su vez se instruía en Montevideo al general Carlos Federico Lecor para que promoviera la iniciativa ante Pueyredón.
El candidato lusitano a la corona en el Río de la Plata era el Infante Don Sebastián, nacido en Río de Janeiro en 1811. Su padre era el Infante Pedro Carlos, hijo a su vez del Infante Don Gabriel, hermano de Carlos IV de España, primo de Fernando IV. Su madre era la princesa de Beyra, hija de Juan VI de Portugal y Brasil. Como vemos, una verdadera ensalada lusitana.
Los congresistas de Tucumán habían manejado la hipótesis de una vinculación con la Casa de Braganza, pero ahora, pese a las instrucciones al agente en Río, Dr. Manuel José García, Pueryedón ya se había entusiasmado con el agente francés Le Moyne, que le proponía en príncipe borbónico. Pueyredón no quiso saber más nada con el Infante Don Sebastián.
Como vemos, nuestra independencia y “sistema de gobierno” parecía una especie de “plan rombo”, al que se accede “por sorteo o licitación”.
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