¿Dónde estamos?

Argentina está situada en el Cono Sur de Sudamérica, limita al norte con Bolivia, Paraguay y Brasil; al este con Brasil, Uruguay y el océano Atlántico; al sur con Chile y el océano Atlántico, y al oeste con Chile. El país ocupa la mayor parte de la porción meridional del continente sudamericano y tiene una forma aproximadamente triangular, con la base en el norte y el vértice en cabo Vírgenes, el punto suroriental más extremo del continente sudamericano. De norte a sur, Argentina tiene una longitud aproximada de 3.300 km, con una anchura máxima de unos 1.385 kilómetros.
Argentina engloba parte del territorio de Tierra del Fuego, que comprende la mitad oriental de la Isla Grande y una serie de islas adyacentes situadas al este, entre ellas la isla de los Estados. El país tiene una superficie de 2.780.400 km² contando las islas Malvinas, otras islas dispersas por el Atlántico sur y una parte de la Antártida. La costa argentina tiene 4.989 km de longitud. La capital y mayor ciudad es Buenos Aires

PAPA FRANCISCO

PAPA FRANCISCO

LA INMIGRACIÓN EN LA ARGENTINA - LOS GAUCHOS JUDÍOS

Las migraciones al territorio actual de la Argentina comenzaron (según Wikipedia) varios años a. C., con la llegada de las culturas de origen asiático que ingresaron al continente americano por Beringia, según las teorías más aceptadas, y fueron poblando lentamente el continente americano. A la llegada de los españoles, los habitantes del actual territorio argentino representaban cientos de miles de personas pertenecientes a numerosas civilizaciones, culturas, ciudades y tribus distintas.

En los siglos siguientes llegaron Africanos, Aimaras, Alemanes, Armenios, Asiáticos del Extremo Oriente, Austríacos, Bolivianos, Británicos, Búlgaros, Checos, Chilenos, Croatas, Eslovenos, Españoles, Franceses, Gitanos (Rom), Irlandeses, Italianos , Judíos, Macedonios, Mapuches, Montenegrinos, Neerlandeses, Paraguayos , Peruanos, Polacos, Portugueses, Rusos, Sirios y Libaneses, Sudafricanos, Suecos, Ucranianos, Uruguayos...

Debe haber miles de historias y cuentos para contar... de los irlandeses en la Prov. de Buenos Aires, los alemanes en misiones, los sirios y libaneses en el NOA, los italianos en Chaco, Resistencia y los judíos de varios orígenes... El vínculo nuevo con nuestro nuevo amigo en FaceBook, Los Gauchos judíos, (con Mate y Torá y "toraterapia" nos abrió el horizonte de la posibilidad de haber muchas historias. Nos gustaría tener más y más, y por hoy empezamos con la historia de Los Gauchos judíos.

Aunque la gran mayoría residen en la Ciudad de Buenos Aires, en la Provincia de Buenos Aires y Rosario, también varias colonias rurales judías, conocidas culturalmente bajo el nombre de los gauchos judíos a raíz de un libro con ese título de Alberto Gerchunoff.


Las primeras ocho familias judías llegaron en la Argentina en octubre de 1888. En agosto de 1889, comenzó la inmigración judía a la Argentina a través de la Jewish Colonization Association del Barón Mauricio de Hirsch que compro tierras donde miles de judíos provenientes de Rusia, Rumania y otros lugares de Europa oriental comenzaron paulatinamente a vivir, trabajar y desarrollarse. La mayoría de estos inmigrantes eran de Podolia y de Besarabia, en Rusia imperial escapando de un pogrom.


A comienzos del siglo XX, la Provincia de Entre Ríos llegó a tener cerca de 170 colonias judías; la actividad productiva se centraba en productos de granja, la industria quesera y lechera, la cría de ganado y los cultivos agrícolas.


Una de las primeras colonias judías fue Moïseville (hoy la Ciudad de Moisés Ville) en la Provincia de Santa Fe. Otra de las colonias es Colonia Lapin situada en la Provincia de Buenos Aires. También se instalaron colonias en la Provincia de Santiago del Estero y la Provincia de La Pampa.

En el país comenzaron a desarrollarse las cooperativas agrícolas, que dieron gran impulso a las colonias judías, que adelantaban dinero a los colonos, les proporcionaban semillas, herramientas y artículos a precios convenientes. Estos vendían en común los productos de la tierra. Con el producto de sus ganancias mantenían hospitales, bibliotecas, cementerios y centros culturales tanto para su comunidad así como para toda la población.


Cortesía para RazonEs de SER

de Entre Vecinos