Mientras Cuba comienza a experimentar cambios básicos en su economía y estructura de gobierno, las noticias en los medios occidentales siguen normas predecibles fuera de contexto, y por lo tanto irrelevantes.
Durante más de medio siglo, la mayoría de los redactores y productores de radio y TV han tenido un interés consciente o no reconocido en el fracaso de la revolución cubana. Pensar de otra manera, como han aprendido los reporteros y los asesores, sería un error que perjudicaría su carrera. A fin de invalidar el intento de Cuba por cambiar la relación social de su sociedad y de comunicar su mensaje al resto del tercer mundo, los medios occidentales constantemente dejan de situar en contexto los hechos que provocaron la revolución. En su lugar, Washington y los estenógrafos que llaman “la prensa”, juzgan a Cuba por las normas de EE.UU. y en el contexto de EE.UU. Cuba siempre debe comportarse según lo que los medios suponen son las normas de la perfección democrática. Este criterio para juzgar, más allá de su vaguedad, lo lleva a uno a preguntarse acerca de valores y prioridades.
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Saul Landau (en imagen) y Nelson Valdés
Saul Landau (en imagen) y Nelson Valdés
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