¿Dónde estamos?

Argentina está situada en el Cono Sur de Sudamérica, limita al norte con Bolivia, Paraguay y Brasil; al este con Brasil, Uruguay y el océano Atlántico; al sur con Chile y el océano Atlántico, y al oeste con Chile. El país ocupa la mayor parte de la porción meridional del continente sudamericano y tiene una forma aproximadamente triangular, con la base en el norte y el vértice en cabo Vírgenes, el punto suroriental más extremo del continente sudamericano. De norte a sur, Argentina tiene una longitud aproximada de 3.300 km, con una anchura máxima de unos 1.385 kilómetros.
Argentina engloba parte del territorio de Tierra del Fuego, que comprende la mitad oriental de la Isla Grande y una serie de islas adyacentes situadas al este, entre ellas la isla de los Estados. El país tiene una superficie de 2.780.400 km² contando las islas Malvinas, otras islas dispersas por el Atlántico sur y una parte de la Antártida. La costa argentina tiene 4.989 km de longitud. La capital y mayor ciudad es Buenos Aires

PAPA FRANCISCO

PAPA FRANCISCO

El día de la Reconquista (12 de agosto de 1806) y los subsiguientes

El 12 de agosto de 1806, se rindieron en Buenos Aires las Fuerzas Inglesas de la Primera Invasión al mando del Gral William Carr Beresford, ante el comandante de las Fuerzas Patriotas el Capitán de Navío Santiago Liniers y Brémond. Fueron un poco más de 1500 oficiales, suboficiales y soldados, además unas 60 mujeres y niños que acompañaban la expedición. Entre ellos un General, varios Jefes de Regimiento, oficiales antiguos y de rango, músicos, banderas, banderolas de Regimiento y guiones.


La Flota naval inglesa al comando del Contralmirante Sir Home Riggs Popham se retiró de Ensenada sin combatir, abandonando a su suerte a los derrotados soldados ingleses ya “Prisioneros de Guerra”.


Ya prisioneros los oficiales y tropa reciben sus sueldos, pagados por las autoridades de Buenos Aires y durante los primeros tiempos que viven en la ciudad de Buenos Aires, se alojaban en el Fuerte, en la “Ranchería” fuera del Fuerte, y en los cuarteles abandonados de la ciudad, mientras que los oficiales se alojaban en casas de familias importantes, comiendo en las posadas y cantinas de la ciudad.


Los heridos ingleses, algunos se encontraban alojados en “casas de familia” bajo atención médica y los más en el Hospital de Belén (creado para estos fines), donde llegaron a estar hospitalizados 37 ingleses. Bajo la dirección de Fray José Vicente (de San Nicolás), el enfermero mayor Fray Blas (de los Dolores) y como secretario y ayudante Fray José (del Carmen).

Ante las noticias previas y posteriormente la nueva Invasión Inglesa a Maldonado y Montevideo (en la Provincia Oriental del Uruguay), el Cabildo de Buenos Aires le ordena a Liniers el traslado y la Internación de la totalidad de los prisioneros. Muchos de ellos ya se encontraban “detenidos” en los Fortines de la Campaña como la Guardia del Salto, Rojas, San Antonio de Areco, la Villa de Luján y otros fortines más.


Los principales Jefes de la Primera Invasión, que ya se encontraban internados en la Villa de Luján, con amplias facilidades y consideraciones; fueron destinados a Catamarca en forma “urgente”, al recibir los integrantes del Cabildo el informe que “Montevideo estaba en manos inglesas”.


El 12 de febrero de 1807 los baqueanos en su marcha, eligen para acampar la Estancia Grande de los Padres Betlemitas, próxima a Arrecifes, y a unas cuarenta leguas de Buenos Aires.

Debemos mencionar que el día 6 de febrero, Saturnino José Rodríguez Peña secretario, ayudante y confidente de Santiago de Liniers (Comandante de las Fuerzas militares), mantuvo una entrevista con Juan de Dios Dozo, capitán de la Primera Compañía del Cuerpo de Voluntarios Patriotas de la Unión, al que ambos pertenecían, siendo Dozo secretario y de la íntima confianza de Martín de Álzaga. Rodríguez Peña inicia el diálogo expresando que la situación de Buenos Aires era lamentable y que sería imposible derrotar a los ingleses, dueños ya de Montevideo, y que no podrían defenderse de los nuevos invasores. Agregó que lo conveniente era cambiar de medios y de partido para salvaguardar sus vidas, la de sus familias, y “preservar sus patrimonios”. Que ya había mantenido charlas con el Gral Beresford en varias oportunidades y que esperaba que éste los ayudase a independizarse de España. Rodríguez Peña pretendía obtener el apoyo del partido español en Buenos Aires, que dirigía Álzaga.


La reunión entre Martín de Álzaga y Saturnino José Rodríguez Peña se realizó en la noche del 7 de febrero.

El 16 de febrero Saturnino J. Rodríguez Peña y Manuel Aniceto Padilla, llegaron a la Estancia Grande de los Hermanos Betlemitas. Acompañados por los soldados Machuca y Medina del Batallón de los Cuatro Reinos de Andalucía participantes de la Reconquista de Buenos Aires, a revienta caballos desde la Ciudad.


Al llegar manifestaron que debían entregar una carta de Liniers al Gral Beresford y que le tenía que transmitir una orden verbal impartida por Liniers y por el Cabildo de Buenos Aires que decía “que debía entregar bajo su custodia al general inglés y a otro oficial prisionero”, con la finalidad de trasladarlos a Buenos Aires, que así lo exigían “razones del servicio, el bien del monarca español y los intereses de la Patria”.


Comunicado esto último el general inglés eligió para que lo acompañase a su amigo y futuro cuñado, el Coronel Dennis Pack. (El Cnel inglés contrajo matrimonio con Lady Isabel Luisa Beresford, en 1816).


Se le informó que debía esperar en la Estancia de Fontezuelas durante seis días, y que recibiría órdenes. A los seis días Martinez de Fontes, recibió una carta de Saturnino José Rodríguez Peña, en la que se le avisaba que al llegar a Buenos Aires, encontraron tan mal la situación, que debieron viajar con los oficiales ingleses a Montevideo. Entonces advirtió Martínez de Fontes el engaño que había sido victima.

Martínez de Fontes se presentó detenido el día 8 de marzo ante el teniente Mariano Gazcón. Quién lo condujo arrestado a sus órdenes hasta Buenos Aires, donde fué entregado a las autoridades.

Al enterarse de la “fuga y traición”, la clase media y baja que fueron el núcleo de las fuerzas que reconquistaron Buenos Aires, se encontraba totalmente irritada y contrariada con los dos Oficiales ingleses que se fugaron de Buenos Aires.

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