Es para niños, adolescentes y madres.
En este momento está funcionando a pulmón. Todo lo que yo hago lo estoy haciendo sola. No tengo ayuda de nadie.
En este momento concurren 40 chicos pero hay más en lista de espera porque no puedo sustentar las demandas por mis propios medios.
En este momento sólo les doy mate cocido y compro el pan. No tengo leche.
Hice una nota de pedido al Director de Fortalecimiento de Grupos Comunitarios (Sr Santiago López Medrano) pero todavía no tuve respuesta.
El merendero funciona en mi casa donde yo abrí las puertas para paliar un poco las necesidades. Es lo que a mi me gusta hacer. Así no tenga ayuda de nadie seguiré adelante haciendo lo que me hace feliz y haciendo feliz con tan poca cosa que les puedo brindar a ellos. Pero, como se dice, lo poco con Dios es mucho, porque el amor que uno puede bridar es lo más hermoso en esta vida.
Liz Welter
Viajando por Nuestro Mundo
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