¿Dónde estamos?

Argentina está situada en el Cono Sur de Sudamérica, limita al norte con Bolivia, Paraguay y Brasil; al este con Brasil, Uruguay y el océano Atlántico; al sur con Chile y el océano Atlántico, y al oeste con Chile. El país ocupa la mayor parte de la porción meridional del continente sudamericano y tiene una forma aproximadamente triangular, con la base en el norte y el vértice en cabo Vírgenes, el punto suroriental más extremo del continente sudamericano. De norte a sur, Argentina tiene una longitud aproximada de 3.300 km, con una anchura máxima de unos 1.385 kilómetros.
Argentina engloba parte del territorio de Tierra del Fuego, que comprende la mitad oriental de la Isla Grande y una serie de islas adyacentes situadas al este, entre ellas la isla de los Estados. El país tiene una superficie de 2.780.400 km² contando las islas Malvinas, otras islas dispersas por el Atlántico sur y una parte de la Antártida. La costa argentina tiene 4.989 km de longitud. La capital y mayor ciudad es Buenos Aires

PAPA FRANCISCO

PAPA FRANCISCO

Estarían preparando una invasión a Ensenada


Esta vez no se trata de un desembarco de escoceses como a principios del siglo XIX.
Son argentinos pero no menos peligrosos que aquellos.
Nuestra cámara oculta logró sorprenderlos cuando ensayaban los festejos de lo que creen será un operativo exitoso que les permitirá capturar a cientos de ensenadenses y someterlos sin piedad a un prolongado e intenso ataque de risa.
El jefe, dicen, es el tipo que en la foto pone cara de jefe. Ése de moñito al que el saco no le queda estrecho sino más bien "holgado"(¿captó la sutileza?).
Fuentes generalmente mal informadas nos aseguraron que la estratega, y culpable a priori de alta traición calificada es una ensenadense que se ve con atuendo rojinegro en el centro de la banda.
Cuando preguntamos a esas mismas fuentes para cuándo se vendría el desembarco, nos aseguraron que, si las cosas salen buenas, antes de fin de año, y hasta podría haber una doble invasión.
Vecinos preocupados por el rumor han comenzado a juntar ingentes cantidades de coque calcinado de alto efecto tóxico que encontraron fácilmente en cualquier rincón de su hogar para, en caso de extrema necesidad, arrojarlo a modo de defensa propia, tal como hicieran con el aceite hirviendo las patriotas de Buenos Aires hace dos siglos y pico.
Estése atento. Ampliaremos (no la fotografía, pero sí la información) cuando nos enteremos de cómo va la cuestión.