El trazado de la ciudad lo realizó el Departamento de Ingenieros de la Provincia de Buenos Aires.
Si bien no se conserva el plano original, la traza se debe al Ingeniero Pedro Benoit, hombre de confianza del Dr. Dardo Rocha y uno de los nervios motores de la importante obra.
Dardo Rocha y Benoit no calcaron la ciudad de otras existentes.
Señalan sus biografías que acaso se inspiraron en Leonardo Da Vinci, quien fijó la conformación de la urbe en el cuadrado dividiendo la viabilidad en paralelas y diagonales, y señalando como el lugar más apropiado para fundar una ciudad la llanura, cerca de un río o puerto, con arterias alineadas y rectas, y una zona central en la que se distribuyen los edificios públicos.
La traza de La Plata es la de un cuadrado perfecto limitado por un boulevard de circulación que se estructura sobre una cuadrícula ortogonal y una trama diagonal que posibilita la alternancia de viviendas, sedes de la Administración y el comercio, que se distribuyen en manzanas cerradas y manzanas abiertas, estas últimas destinadas a edificios públicos cercados por espacios verdes. Toda esta trama se organiza sobre un gran eje central que enmarcan las avenidas 51 y 53.
Este gran eje tiene como puntos de referencia extrema el puerto y la Catedral abriendo una sucesión de palacios entre dos avenidas señoriales.
Corresponde destacar la incidencia higienicista, es decir con la atención de la salubridad, la abundancia de espacios verdes, asoleamiento y servicios, que también pesaron en el proyecto final del trazado de La Plata.
Si bien no se conserva el plano original, la traza se debe al Ingeniero Pedro Benoit, hombre de confianza del Dr. Dardo Rocha y uno de los nervios motores de la importante obra.
Dardo Rocha y Benoit no calcaron la ciudad de otras existentes.
Señalan sus biografías que acaso se inspiraron en Leonardo Da Vinci, quien fijó la conformación de la urbe en el cuadrado dividiendo la viabilidad en paralelas y diagonales, y señalando como el lugar más apropiado para fundar una ciudad la llanura, cerca de un río o puerto, con arterias alineadas y rectas, y una zona central en la que se distribuyen los edificios públicos.
La traza de La Plata es la de un cuadrado perfecto limitado por un boulevard de circulación que se estructura sobre una cuadrícula ortogonal y una trama diagonal que posibilita la alternancia de viviendas, sedes de la Administración y el comercio, que se distribuyen en manzanas cerradas y manzanas abiertas, estas últimas destinadas a edificios públicos cercados por espacios verdes. Toda esta trama se organiza sobre un gran eje central que enmarcan las avenidas 51 y 53.
Este gran eje tiene como puntos de referencia extrema el puerto y la Catedral abriendo una sucesión de palacios entre dos avenidas señoriales.
Corresponde destacar la incidencia higienicista, es decir con la atención de la salubridad, la abundancia de espacios verdes, asoleamiento y servicios, que también pesaron en el proyecto final del trazado de La Plata.