Este es un trabajo de recopilación que hice para un foro de una revista extranjera, que solicitaron saber algo sobre el obelisco de nuestra capital. Me llevó un tiempo hacerlo y hoy lo quiero compartir con uds. Es un material no publicado por mi en ningún foro de Argentina.
OBELISCO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES
SU HISTORIA:
Pocos, muy pocos, saben que el Obelisco de la Ciudad de Buenos Aires tiene una dirección y un número de puerta. En efecto si alguien viviera en Avenida Corrientes 1066 viviría en el Monumento más famoso de Buenos Aires.
El Obelisco nació como un monumento conmemorativo al 400º Aniversario de la Fundación de Santa María del Buen Aire (primera fundación de la ciudad de Buenos Aires, fundada por Don Pedro de Mendoza). Fue el homenaje de Buenos Aires al Cuarto Centenario de su Primera Fundación y representaba el espíritu progresista de una época.
Por entonces, el intendente era Mariano de Vedia y Mitre, a la vez que ejercía la Presidencia de la República el General Agustín P. Justo. Lo diseñó el arquitecto Alberto Prebisch y lo construyó la empresa Siemens Bauunion en el tiempo récord de 60 días y 150 operarios, debiendo salvar las dificultades que significaban los túneles de los subterráneos, mediante la construcción de bóvedas en su fundamento.
Como símbolo, recuerda a aquel precario y grueso madero sobre el cual juró apoyando su espada Don Pedro de Mendoza en 1536
y posteriormente con la nueva fundaciòn por Juan de Garay en 1580
Cuenta la historia que el 3 de Febrero de 1936, el Intendente Municipal Mariano de Vedia y Mitre emite un Decreto que establecía la construcción de una obra conmemorativa del cuarto centenario de la primera fundación de la Ciudad de Buenos Aires.
Fue emplazado en el sitio exacto donde flameó por primera vez en la ciudad la Bandera Nacional (la torre de la iglesia de San Nicolás, el 23 de agosto de 1812)
y se inauguró formalmente el 23 de mayo de 1936 a las 3 de la tarde. Dicha iglesia fue demolida con motivo de la construcción del Obelisco. Junto con la iglesia se derribaron cerca de cien edificios para dar paso al ensanchamiento de la Avenida 9 de Julio que en aquél entonces se llamaba Avenida Norte Sur.
En 1936, las cuadrillas municipales ya habían abierto un gigantesco hueco en pleno Buenos Aires por donde pasaría la avenida 9 de Julio, "la más ancha del mundo". En el medio de ese claro que había dado por tierra con viejos cafetines y teatros de varieté, en el cruce con la avenida Corrientes, se construyó la Plaza de la República. Y allí, como un gran mojón que cortaba a Corrientes, que ya habla dejado de ser angosta, se levantó el Obelisco.
El anuncio de la erección del obelisco promovió un movimiento de repudio, a cargo de un numeroso sector del público y del periodismo. El clamor negativo fue desoído y los empecinados en llevar a cabo el proyecto aceleraron los trabajos. El obelisco porteño fue levantado en el término de 60 días. La construcción a cargo del Arq. Alberto Prebisch fue realizada en tiempo récord ya que el 23 de Mayo de ese mismo año sería inaugurado.
Este ícono de la ciudad al que hoy nadie se atreve a criticarlo fue eje de discusiones y polémicas. La picardía popular lo bautizó como "Pinchapapeles de acero y cemento", "feo punzón", "tachuela monumental", "armatoste monstruoso", "zángano", "fea estaca" y hasta ha recibido canticos como el que decía "En la Avenida 9 de Julio/ hay una piedra parada/ la llaman el Obelisco/ y no sirve para nada".
Esta polémica tuvo su punto álgido cuando en el año 1938, y después de un acto escolar, se desprendieron algunas lajas de él. En ese entonces, con motivo de ello, el Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires ordenó tirarlo abajo por 23 votos contra 3.
Lógicamente esta Ordenanza de la Ciudad nunca llegó a cumplimentarse en virtud de haber sido vetada por el Intendente Arturo Goyeneche.
Sin embargo, a partir de su inauguración se acallaron todas las voces que lo desprestigiaron antes de nacer. Quedaron algunas, muy pocas, que insistían pidiendo su demolición. Pero el obelisco, nuestro obelisco, se fue imponiendo por la sola razón de su presencia.
Los ciudadanos comenzaron a mirarlo con buenos ojos. Lo sintieron como a un amigo, como un habitante más de la ciudad. Se constituyó en punto de referencia, en una especie de vigía.Lejos de estas polémicas hoy el Obelisco es el centro de reuniones, festejos, espectáculos y eventos de importancia internacional.
FESTEJOS POR EL FUTBOL.
FESTEJOS CONFRATERNIDAD ARGENTINA Y ALEMANIA
El Obelisco está emplazado en la llamada Plaza de la República, casi exactamente en el vértice que forman las avenidas 9 de Julio, de 140 metros de ancho, Diagonal Norte, de 33 metros y la Avenida Corrientes, también de 33 metros de ancho.
Probablemente resulte para muchos una novedad enterarse de que justamente por debajo del Obelisco corren dos líneas de subterráneos superpuestos, la B y la D. Sobre ambos túneles forma la base una plataforma de hormigón armado, de 20 metros de cada lado y 1,50 metros de alto, que apoya en dos de sus costados sobre zapatas del mismo material.
Su estructura visible tiene una longitud de 67 metros y medio en su totalidad. 7 por 7 de base, y hasta la iniciación del ápice 63 metros, o sea 9 veces el lado de la base. El ápice, que mide 4,5 metros, tiene en su parte mayor 3,5 metros de lado.
Interiormente es hueco, pero cada 8 metros hay una losa con un agujero en el medio. Estas losas dejan un vacío en uno de sus ángulos donde se halla instalada una escalera marinera para acceder hasta su cúspide. En éste punto, en su parte interna, hay una roldana que permitiría izar algún bulto por el agujero central de las losas.
El Obelisco tiene puerta de entrada en su base y cuatro ventanas en su ápice. Ésta parte superior ha sido iluminada por fuera años después de su construcción. Su interior dispone de iluminación eléctrica. Y aunque resulta invisible dada su altura, el Obelisco está provisto de un pararrayos muy pequeño, cuyos cables corren por el interior.
Está revestido de cemento armado, sustituyendo las primitivas losas de mármol. Este cambio se realizó a raíz del desprendimiento de algunas de éstas losas, motivado por deficiencias en su apresurada construcción.
El Obelisco que pesa 170 toneladas, costó 200 mil pesos moneda nacional.
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