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Aproximadamente a la una de la madrugada del día domingo 11 de agosto, un numeroso grupo de guerrilleros armados del ERP había atacado la Fábrica Militar de Pólvoras y Explosivos. Dicho grupo subversivo estaba constituido por setenta personas, entre hombres y mujeres, fuertemente armados, vistiendo uniformes militares. Llevaban en su cuello un pañuelo colorado, único detalle que los distinguía de los soldados del Ejército Nacional.
El grupo subversivo marxista contó con la complicidad de un soldado entregador, Mario Eugenio Antonio Pettiggiani, que prestaba servicios en la citada fábrica.
En la acción se apoderaron de armamentos, municiones y uniformes militares, tomando como rehenes a mi padre Mayor Argentino del Valle Larrabure, y al Capitán Roberto García. Intentaron hacer lo mismo con el director de la fábrica, el Teniente Coronel Osvaldo Jorge Guardone, quien repelió el ataque desde su casa, con un intercambio de más de cincuenta disparos de armas largas, lo que motivó la fuga del grupo atacante. Al huir llevaron consigo el cuerpo sin vida de un guerrillero, varios heridos, a mi padre y al capitán García, quien fue posteriormente abandonado y encontrado gravemente herido dentro de una ambulancia, en la cuidad capital de Córdoba.
En las acciones perdió la vida el suboficial Cuello, de la policía de Córdoba, que tenía 32 años, era casado y padre de un hijo; le habían disparado con municiones de escopeta. Resultaron heridos los agentes Pedro Aguilera, Juan Carlos Gutiérrez y Juan Bruno, el oficial de la policía Miguel Ángel Liendo, el suboficial mayor del Ejército Ramón Albornoz, el oficial policial Miguel Ángel Moral y el soldado conscripto Juan Carlos Fernández, con heridas graves en la cabeza y en el tórax.
Todos ellos fueron heridos durante los enfrentamientos registrados en el copamiento de la Fábrica Militar y en un motel cercano, donde los guerrilleros constituyeron su cuartel general de operaciones. El resultado en la fábrica arrojaba cuatro soldados heridos.
Se estima que robaron 120 fusiles FAL, dos ametralladoras Madsen, varias pistolas ametralladoras y explosivos diversos.
Según testigos, todo el operativo extremista habría durado aproximadamente unas cinco horas desde su inicio. En los lugares que fueron tomados por los guerrilleros quedaron pintadas leyendas de la organización ilegal ERP.
La planta militar fue visitada, a las cinco de la mañana, por el comandante del III Cuerpo de Ejército, general Ernesto Federico Della Croce, quien se interiorizó del hecho.
A primeras horas de la mañana, en la ciudad de Córdoba, en la avenida Colón al 2500, fue encontrado en una ambulancia el capitán Roberto García, herido de gravedad. Fue internado de inmediato en el Hospital Aeronáutico de dicha ciudad y operado de urgencia, ya que presentaba diez impactos de bala en el abdomen y otras lesiones (fracturas y contusiones en ambas piernas).
De mi padre, a pesar del despliegue de las fuerzas policiales y militares en diversos operativos de búsqueda, nada se sabía. Como alguien dijo, “comenzaría esa madrugada del 11 de agosto de 1974 el peor de los cautiverios cometido a un militar argentino”.
De un informe enviado por
Arturo Larrabure