Allí tuve el honor de conocer a los más importantes líderes del campo socialista, entre ellos, el Primer Ministro de la URSS, Nikita Sergéyevich Jruschov, y a un grupo de los líderes más prestigiosos del Tercer Mundo.
A la República Popular China, no se le reconocía su derecho a representar a ese enorme y milenario país.
La Revolución Cubana, en nuestra pequeña e ignorada isla, estaba recién nacida, pero el hecho de venir al mundo, a sólo 90 millas del poderoso imperio, se convirtió en algo que ponía a prueba la soberbia de la superpotencia dominante en nuestro hemisferio y en gran parte del mundo.
Viví una singular experiencia en ese país que es sede de la Organización de las Naciones Unidas, lo cual determinó la decisión de hablarle a la Asamblea General con toda franqueza cuando me correspondió el turno, el 26 de septiembre. El discurso que les dirigí, fue para mí el complemento de las ideas que expresara en La Historia me Absolverá, después del juicio del Moncada. No se trataba de una acción premeditada, fue la respuesta de un revolucionario cubano al atroz vasallaje que se estaba evidenciando en el mundo."
http://www.cubadebate.cu/fidel-castro-ruz/2010/09/28/hemos-cumplido-y-ustedes-seguiran-cumpliendo-la-promesa-de-aquella-eterna-noche/