Ese infausto día algunos integrantes de las Fuerzas Armadas argentinas, instigados y apoyados por grupos civiles, tomaron el poder mediante un Golpe de Estado que inició una etapa dolorosa, sombría e inolvidable.
Ninguna razón es válida para justificar los procedimientos que desde el Gobierno de facto puso en acción para sofocar actividades que calificaron como "subversivas".
Desde posiciones morales esgrimidas por algunos de ellos como desde aviesas intenciones de vil interés personal ocultadas por otros, enfrentaron situaciones que hoy nos hacen lamentar miles de compatriotas muertos y desaparecidos.
Ese día algunos militares olvidaron que nunca el crimen puede reemplazar a la justicia cuando se detenta legal o ilegalmente el poder. Y así vivimos la peor etapa de nuestra historia. Una historia que no debe repetirse NUNCA MÁS.
Alberto Pringles nos hizo llegar una extensa carta sobre el tema en la que analiza esta situación particular vivida incluyendo ciertos elementos de juicio entre los que resaltamos este mensaje de José de San Martín, un militar que comprendió siempre con claridad cuál era, es y deberá ser la función de las Fuerzas Armadas en la sociedad. Aquí las reproducimos.