¿Dónde estamos?

Argentina está situada en el Cono Sur de Sudamérica, limita al norte con Bolivia, Paraguay y Brasil; al este con Brasil, Uruguay y el océano Atlántico; al sur con Chile y el océano Atlántico, y al oeste con Chile. El país ocupa la mayor parte de la porción meridional del continente sudamericano y tiene una forma aproximadamente triangular, con la base en el norte y el vértice en cabo Vírgenes, el punto suroriental más extremo del continente sudamericano. De norte a sur, Argentina tiene una longitud aproximada de 3.300 km, con una anchura máxima de unos 1.385 kilómetros.
Argentina engloba parte del territorio de Tierra del Fuego, que comprende la mitad oriental de la Isla Grande y una serie de islas adyacentes situadas al este, entre ellas la isla de los Estados. El país tiene una superficie de 2.780.400 km² contando las islas Malvinas, otras islas dispersas por el Atlántico sur y una parte de la Antártida. La costa argentina tiene 4.989 km de longitud. La capital y mayor ciudad es Buenos Aires

PAPA FRANCISCO

PAPA FRANCISCO
Mostrando entradas con la etiqueta caseros. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta caseros. Mostrar todas las entradas

El imperialismo brasileño y sus ambiciones en Sudamérica

Con importantes colonias en el lejano oriente, los portugueses sintieron el descubrimiento de América como una derrota propia. En la disputa intervino el Papa, que mediante la Bula del 4 de mayo de 1493 dividía los dominios españoles de los portugueses.


No conformes con lo obtenido, los portugueses siguen la disputa hasta que el 7 de junio de 1494, por el tratado de Tordesillas, se establece un nuevo límite mediante una línea que de polo a polo que pasaba 370 leguas al Oeste de las islas de Cabo Verde, aproximadamente por la ubicación de Río de Janeiro. De esta forma los lusitanos adquirían derechos sobre 270 leguas más hacia el Oeste que lo establecido en la Bula Papal.


Pero los lusitanos no se conformarían con ese nuevo límite, ni con ningún otro. Fieles a sus ambiciones imperiales, y hábiles diplomáticos acostumbrados a ganar por la negociación lo perdido por las armas españolas, los imperialistas brasileños no abandonarán jamás su propósito de expansión hacia el sur, sobre el Virreinato español.


Esta política brasileña fue comprendida ya en el siglo IXX , entre otros, por el propio Juan Bautista Alberdi. Con motivo de la Guerra del Paraguay, señala Alberdi que el Imperio desde sus orígenes había hecho la guerra a los países españoles, porque necesitaba “salir de la zona tórrida en al que está metida casi la totalidad de su territorio, y no tiene más que una dirección para buscar territorios templados de que carece. Esta dirección es el Sud, y los territorios templados que necesitaba son la Banda Oriental o Estado del Uruguay”


Lamentablemente Alberdi comprendió esto demasiado tarde, cuando ya había contribuido con su ingenua política a debilitar al gobierno de Rosas hasta ser derrotado en Caseros. Mientras los unitarios como Lavalle, Paz, y Lamadrid combatían con el terror y las armas al régimen rosista, algunos ilustrados combatían con la pluma desde su cómodo escritorio del exilio, como Sarmiento, Florencio Varela o Rivera Indarte. El ciego odio unitario y las intrigas del imperio terminarían por desgastar a Rosas, tras veinte años de encarnizada defensa de la integridad territorial y soberanía nacional.

Reconciento su error, finalmente Alberdi se reconciliará con Rosas, pero ya era tarde. El daño estaba consumado.


Imposibilitado el Brasil de vencer por las armas a las aguerridas tropas españolas y luego a las de la Confederación, intrigó permanentemente para debilitarla, dividirla. Su persistente ambición sobre el Plata la llevó a invadir o intervenir en la Banda Oriental con la complicidad o pasividad porteña, hasta desembocar en la guerra de 1827 donde las armas argentinas vencieran completamente a los imperiales en Ituzaingo. Nuevamente los brasileños conseguirían en las negociaciones lo perdido por las armas, y el desmembramiento de la Banda Oriental se obtendría tras la vergonzosa capitulación rivadaviana, que le costara el gobierno al propio Rivadavia y el posterior derrocamiento y fusilamiento de Dorrego a manos de Lavalle, envalentonado por las intrigas unitarias.

Más información en:
La Gazeta Federal
http://www.lagazeta.com.ar/

Biografía del general Ángel Pacheco

¿Conocés "El Talar de Pacheco" en las vecindades de Buenos Aires?
"El Talar" por los montes de talas, arbustos que también prosperan al sur de Berisso.
"de Pacheco" por este militar argentino cuya biografía vamos a contarte.
---
Guerrero de la Independencia, de la campaña al Brasil y de la expedición al desierto, la carrera militar del general Ángel Pacheco abarca desde el combate de San Lorenzo hasta Caseros.

Nació en Buenos Aires el 14 de julio de 1795, y a los quince años de edad dejó las aulas del Colegio de San Carlos para entrar como cadete al regimiento de Patricios. Era hijo de don José Pacheco Gómez Negrete y de doña Teresa Darregrande.

Como granadero de San Martín luchó en el combate de San Lorenzo e hizo la campaña del Alto Perú. En Cuyo, el Libertador lo incorporó a su escolta; peleó en Chacabuco con el grado de capitán, y llevó a Buenos Aires el parte de la victoria. Se distinguió en la campaña del sur de Chile y en Cancha Rayada, donde salvó los depósitos del ejército patriota que habían caído en poder de los godos. Fue héroe en Maípú y recibió heridas en esta batalla que lo alejaron del servicio como inválido (1819).

Después del año 20 tomó parte activa en la lucha de fronteras contra el indio. Fue jefe del Departamento del Norte en Buenos Aires, hasta el momento de la guerra con el Brasil. Peleó en Ituzaingó y Camacuá, y alcanzó el grado de coronel.

A fines de 1828, cuando su amigo Dorrego cayó victima de un plan internacional, Ángel Pacheco fue encarcelado. Y a la caída de Lavalle volvió a la lucha, en las filas federales.

Se destacó en la guerra contra el general Paz, y en el año 40 contra Lavalle y la Coalición del Norte. En Quebracho Herrado comandó el ala derecha federal, de acción decisiva en ese combate. Alli tomó prisionero y dio garantías al coronel Pedro José Díaz. En Sancala derrotó al coronel Vilela, en inferioridad numérica de fuerzas (500 hombres contra 2.200), provocando un verdadero desastre a la coalición unitaria.

Sin duda una de las hazañas más notables de Pacheco fue la cumplida durante la expedición al desierto (1833-34), como segundo jefe de la División de la Izquierda, que comandaba Rosas. Después de limpiar de salvajes el valle del río Negro llegó a la confluencia del Limay y del Neuquén.

En 1850 ocupó una banca en la Sala de Representantes de Buenos Aires, pero su actuación militar en la campaña de Caseros, como jefe de la vanguardia, brilló por su ausencia.

El general en jefe del ejército federal, Pacheco, con órdenes y contraórdenes dudosas, permite que el ejército de invasor, al mando de Urquiza, avance sin inconvenientes hasta Morón. Retrocede las tropas federales dejando sin apoyo a Hilario Lagos. Cuando Urquiza repasa el arroyo de Márquez casi sin ser molestado, Rosas, irritado ante Antonino Reyes dirá: “Si no puede ser, si no puede ser que el general Pacheco desobedezca las órdenes del gobernador de la provincia”.

El 1 de febrero renunció al mando y se retiró a su estancia El Talar. Dejó así a la mayor parte del ejército rosista amontonado y arrinconado por la cañada de Morón. Se dice que habla sido trabajado por Urquiza, que Rosas lo sabía y que lo dejó separarse por eso mismo. La actitud posterior de Pacheco da asidero a esta opinión: los vencedores de Rosas le ofrecieron un ministerio que, a la postre, aceptó. Fue ministro de Guerra y Marina del gobernador interino Manuel Guillermo Pinto, desde diciembre de 1852 hasta el 7 de febrero de 1853.

El general Pacheco murió el 28 de setiembre de 1869, y en su sepelio pronunció una oración fúnebre Mitre.


Fuentes:

- Chávez, Fermín – Iconografía de Rosas y de la Federación – Buenos Aires (1972).
- La Gazeta Federal http://www.lagazeta.com.ar/