La presente es una carta de Rosa, esposa de Pedro Rodolfo Díaz, uno de los efectivos asesinados en el aún impune crimen de la planta transmisora del Ministerio de Seguridad bonaerense.
Mi amor, hoy a tus 46 años.
Hoy cumplís tus 46 años, creo que solamente te falta escribir un libro; como vos decías, creciste en una casa normal de una familia corriente, estudiaste, te casaste, lo cual agradezco a Dios el haberme puesto en tu camino, que luego compartimos por el espacio de muchos años con nuestros acuerdos y desavenencias, como todo el mundo, compartimos ilusiones, sufrimientos, como cuando nos abrazábamos y llorábamos juntos con la pérdida de algún embarazo, sobrellevarlo juntos, hasta que tuvimos la bendición de tener los hijos que tenemos y seguimos luchando por y para ellos, para que conocieran que con trabajo, honradez y perseverancia se puede vivir bien, dormir tranquilo. un motivo para vivir. decías.
Plantaste un árbol... recuperaste el limonero de Gonnet, los rosales de aquí, en nuestra casa, que a casi 16 años de nuestro casamiento conseguimos comprarla y que decías que sólo muerto te sacarían de ella, yo te aseguro que ni así va a ocurrir; seguís estando aquí en todos y cada uno de sus lugares.
El siguiente sería escribir un libro, no lo hiciste, lamentablemente, lograste mucho más. Escribiste una historia de la que no pueden olvidarse, ni deben olvidarse la Justicia ni la sociedad por el hecho aberrante que truncó tu vida y la de Ricardo y Alejandro.
Mi amor, tus nietos se despiden y amanecen saludando al cielo, yo no puedo hacerlo, porque no me puedo convencer que no estás, sigo esperando tu llamada y tu llegada, nunca te vas a ir, pero te digo, hoy a tus 46 años, cumpliste el ciclo, naciste, estudiaste, formaste una familia, plantaste un árbol y escribiste una historia con tu vida.
Te amo
Mi amor, hoy a tus 46 años.
Hoy cumplís tus 46 años, creo que solamente te falta escribir un libro; como vos decías, creciste en una casa normal de una familia corriente, estudiaste, te casaste, lo cual agradezco a Dios el haberme puesto en tu camino, que luego compartimos por el espacio de muchos años con nuestros acuerdos y desavenencias, como todo el mundo, compartimos ilusiones, sufrimientos, como cuando nos abrazábamos y llorábamos juntos con la pérdida de algún embarazo, sobrellevarlo juntos, hasta que tuvimos la bendición de tener los hijos que tenemos y seguimos luchando por y para ellos, para que conocieran que con trabajo, honradez y perseverancia se puede vivir bien, dormir tranquilo. un motivo para vivir. decías.
Plantaste un árbol... recuperaste el limonero de Gonnet, los rosales de aquí, en nuestra casa, que a casi 16 años de nuestro casamiento conseguimos comprarla y que decías que sólo muerto te sacarían de ella, yo te aseguro que ni así va a ocurrir; seguís estando aquí en todos y cada uno de sus lugares.
El siguiente sería escribir un libro, no lo hiciste, lamentablemente, lograste mucho más. Escribiste una historia de la que no pueden olvidarse, ni deben olvidarse la Justicia ni la sociedad por el hecho aberrante que truncó tu vida y la de Ricardo y Alejandro.
Mi amor, tus nietos se despiden y amanecen saludando al cielo, yo no puedo hacerlo, porque no me puedo convencer que no estás, sigo esperando tu llamada y tu llegada, nunca te vas a ir, pero te digo, hoy a tus 46 años, cumpliste el ciclo, naciste, estudiaste, formaste una familia, plantaste un árbol y escribiste una historia con tu vida.
Te amo