¿Dónde estamos?

Argentina está situada en el Cono Sur de Sudamérica, limita al norte con Bolivia, Paraguay y Brasil; al este con Brasil, Uruguay y el océano Atlántico; al sur con Chile y el océano Atlántico, y al oeste con Chile. El país ocupa la mayor parte de la porción meridional del continente sudamericano y tiene una forma aproximadamente triangular, con la base en el norte y el vértice en cabo Vírgenes, el punto suroriental más extremo del continente sudamericano. De norte a sur, Argentina tiene una longitud aproximada de 3.300 km, con una anchura máxima de unos 1.385 kilómetros.
Argentina engloba parte del territorio de Tierra del Fuego, que comprende la mitad oriental de la Isla Grande y una serie de islas adyacentes situadas al este, entre ellas la isla de los Estados. El país tiene una superficie de 2.780.400 km² contando las islas Malvinas, otras islas dispersas por el Atlántico sur y una parte de la Antártida. La costa argentina tiene 4.989 km de longitud. La capital y mayor ciudad es Buenos Aires

PAPA FRANCISCO

PAPA FRANCISCO

Años de fuego: otra mirada sobre una tragedia argentina

Arturo Larrabure nos envía esta nota publicada en España de la cual transcribimos un fragmento:

Pablo Montesinos (Salamanca) escribió:


"Todavía hay países donde las víctimas del terrorismo no son reconocidas por las Instituciones, donde los verdugos no están en la cárcel sino en cargos de relevancia del Estado, donde los libros de texto ni tan siquiera mencionan a aquellos que han sufrido el azote terrorista. Ocurre en Argentina, y el testimonio -estremecedor- ha llegado de la mano de Victoria Villarruel, abogada de la Asociación de Víctimas del Terrorismo de ese país.


En la mesa redonda “El dolor y el sufrimiento de las Víctimas del Terrorismo en todo el mundo” que se ha celebrado en el VI Congreso Internacional de Víctimas (Salamanca), Villarruel ha denunciado el abandono de aquellos que sufrieron el terrorismo argentino en los años 70, cuyos principales verdugos fueron los Montoneros, de extrema izquierda.


El objetivo de Villarruel ha sido acabar con “los mitos” de los que aún se benefician estas organizaciones terroristas, como que los únicos afectados de sus atrocidades fueron militares y que sus sanguinarios crímenes solo se llevaron a cabo en tiempos de dictadura. “Mentira”, sentenció indignada, para acto seguido asegurar que “la gran mayoría de víctimas fueron civiles y las mayores agresiones se vivieron durante la vigencia de los gobiernos democráticos”.